Orocué puede ser un municipio idílico, tiene un clima agradable y unos paisajes que no te la crees, la vida no es excesivamente costosa y, como en las películas viejas, todo el mundo conoce a todo el mundo, vivir acá seria un verdadero placer si no tuvieras que ser testigo de tanta injusticia.
No sé si lo sabias pero en Orocué se escribió una de las joyas de la literatura colombiana; La Vorágine es una novela que trata de una pareja de jóvenes enamorados del altiplano cundiboyacense que para esconderse de un padre furioso terminan perdiéndose en la inmensidad del llano, si no la has leído te recomiendo que lo hagas o te veas una novela hecha en blanco y negro hace muchos años.
Sin embargo si vienes a visitarme creo que no podría mostrarte el árbol bajo cuya sombra fue escrito el libro, un demente le predio candela hace un tiempo y a pocos pareció importarle, acá parece que a nadie le importa demasiado nada.
Me gustaría que vinieras a visitarme pronto, quiero llevarte a visitar los parques del pueblo, muchos de ellos con arboles de más de 100 años de antigüedad y que proporcionan una sombra larga… una sombra larga; eso si espero que lo hagas pronto antes de que las obras de demolición del parque central continúen y se remplace hasta el ultimo árbol por faroles de la nueva concha acústica.
Pareciera que a las nuevas administraciones les importa poco que una obra de estás características afecte negativamente la estructura de uno de los encantos del pueblo: Su tranquilidad; quien quiere en el centro de una ciudad un espacio para organizar conciertos.
¿Importa mucho esto?
A algunos Orocueceños y Orocueceñas Si, sin embargo parecemos ser la minoría quienes nos oponemos de manera frentera a esta descabellada idea, otras personas no se atreven a oponerse a una administración publica que algunas veces actúa cual si se tratara del famoso Bullyng del que tanto hablan ahora los medios.
No es fácil oponerse a los designios de quienes deciden a quien se les da empleo en las pocas fuentes de un trabajo digno o quienes asignan, cual jerarcas, subsidios de vivienda.
Mí querido amigo turista, si un día vienes a Orocué y parece una copia pirata de los errores que se cometieron en las grandes ciudades no seas demasiado duro con nosotros, estamos aprendiendo a gobernarnos y en este proceso algunos administradores de lo publico se quieren ver como emperadores.